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LA EDUCACION EN EL PERIODO DE LA ILUSTRACION


FRANCIA A MEDIADOS DEL SIGLO XVIII. LA ILÚSTRACION.
EL RÉGIMEN CAPITALISTA
El régimen capitalista se había formado en Francia, mucho antes de que tuviera lugar la revolución
burguesa de los años de 1789 a 1794. En este país, que era fundamentalmente agrario, se
propagó en la segunda mitad del siglo XVIII la manufactura capitalista. Pero las relaciones feudales
constituían un serio obstáculo al desarrollo del capitalismo.
La población del país estaba dividida en tres clases sociales: el clero, la nobleza, y el llamado
tercer estado o estado llano. El clero primer estado poseía grandes latifundios, estaba exento de
todo tipo de impuestos y disponía de un tribunal propio. La nobleza (segundo estado) era
propietaria de una parte importante de las tierras. Los derechos feudales de que gozaban les
permitían explotar en gran medida a los campesinos. El tercer estado no tenía privilegio. Gran
parte de esta clase estaba formada por campesinos quienes estaban totalmente privados de
derechos. La situación material del campesinado, como consecuencia de los pagos a los señores
feudales y los elevados impuestos estatales, era desastrosa. El tercer estado era muy
heterogéneo. Además de los campesinos, estaba constituido por artesanos, obreros y los pobres
de la ciudad. Pero eran los comerciantes, los fabricantes y los banqueros los que tenían el papel
dirigente en el tercer estado. Todos ellos se
oponían al orden feudal a pesar de sus diferentes condiciones de vida. Desde mediados del siglo
XVIII la burguesía va pasando a formar parte del Estado; no de pronto, sino lentamente, con ciertas
vacilaciones se va uniendo al potente movimiento popular y se pronuncia contra el rey y contra los privilegios del clero y de la nobleza, y contra el sistema de educación imperante.
Este movimiento popular, dirigido contra el régimen feudal ejerció gran influencia en todo el curso de la vida política del siglo XVIII. En este período se hace más activa la lucha de escritores y científicos, exponentes de la ideología burguesa, contra el feudalismo. En sus obras arremetían
contra la concepción feudal del mundo y cuestionaban las religiones oficiales. Algunos partidarios
de la Ilustración eran ateos, mucho antes del inicio de la revolución. En los años
prerrevolucionarios, entre el 50 y el 80 del siglo XVIII sus actividades alcanzaron un carácter
especialmente agudo.
Los ilustradores franceses criticaban duramente la religión como un baluarte del feudalismo y como
su ideología. Partiendo de las conclusiones de Locke defendían la teoría del contrato social como
origen del estado (Rousseau, Diderot, etc.) y exponían que "en su estado natural el hombre tenía
siempre el derecho a la libertad, a la igualdad y a la fraternidad". Esperaban el comienzo de una
nueva era: la era del imperio de la razón.
En esta época, la burguesía no se consideraba representante solamente del tercer estado. Según
palabras de Engels ellos actuaban como representantes, no de una clase aislada, sino de toda la
humanidad que sufría".
Pero después que la burguesía tomó el poder, tratando de garantizar su dominio, pasó a la
ofensiva contra los trabajadores, contra la clase obrera en desarrollo.
Los ilustradores franceses creían en la poderosa fuerza de la educación. Estaban convencidos de
que al formar un hombre nuevo, con ese hecho, transformarían al mundo. Mediante la instrucción
se eliminaría la maldad, los prejuicios, la ignorancia y todo lo negativo que era inherente al
feudalismo.
Juan Jacobo Rousseau y los filósofos materialistas ocupan un lugar destacado entre los
propugnadores franceses de la Ilustración.